domingo, 1 de noviembre de 2020

Un nuevo camino

 Ya han pasado casi 8 años desde aquella tarde en la que nuestros caminos se cruzaron, aquella tarde en la que me preparaste la primera merienda, nuestro primer paseo, nuestras primeras risas y miradas....A partir de ahí, siguieron muchas primeras veces, nuestros primeros viajes, películas, encuentros familiares....nuestros primeros abrazos y te quieros. Éstos llegaron un poquito más tarde, porque todo lo bueno y que sale del alma se hace esperar, pero también se disfruta y valora más, porque es una batalla ganada al dolor, a la rabia, a la desconfianza, al miedo, por ello, esos abrazos sabían a GLORIA.

También llegaron primeros desencuentros y enfados, pero teníamos una gran arma para vencerlos, el AMOR.

En todo camino, hay cruces, decisiones que debemos tomar, opciones entre las que elegir, y cada uno debe optar por la que considere mejor en ese momento. Eso es el AMOR INCONDICIONAL, dejar al otro su espacio para aprender y libertad para decidir. Puede que en ocasiones, cuándo llegamos a ese cruce en el camino, cada uno elija un camino distinto, para seguir dando, para seguir creciendo, para seguir avanzando...pero siempre nos quedará ese camino recorrido, esos deseos pedidos a esas estrellas fugaces que nos encontramos alguna noche, esas imágenes y recuerdos que se quedan grabadas en el alma para siempre.

Han sido 8 años vividos con pasión, los mejores de mi vida. Pero ahora es momento de enfrentarse a otras batallas, esas batallas personales a las que tarde o temprano tenemos que enfrentarnos, batallas en las que habrá que luchar con todas nuestras fuerzas, nuestra ilusión. Y es una batalla en la que hay que luchar en soledad, buscar nuestros propios apoyos y herramientas, sólo así podremos enfrentarnos a la vida, tan maravillosa a veces, tan dura en otras.

Que este nuevo camino nos siga haciendo crecer, aprovechar las nuevas oportunidades que se nos presentarán para ser felices y a hacer felices a los demás. Todo lo vivido y sentido a lo largo de nuestra vida, nos ayudará a ello.

Un abrazo grande

Te quiero


domingo, 1 de diciembre de 2019

Los recuerdos del corazón

Siempre escucho a las familias comentar lo difícil que es ser padre y madre, lo que te cambia la vida un hijo, todas las alegrías que te dan, lo que te aportan, lo que te hacen crecer...pero siempre tenemos ese miedo a equivocarnos, a hacerlo mal, a poner un castigo exagerado, temor a que se alejen de nosotros, de perderlos. Creo, que este miedo a hacerles daño, a aumentar su dolor, es aún mayor en las familias de acogida.
No sé porque motivo, las familias y la sociedad en general, tenemos la creencia de que cuando acogemos a un niño o a una niña, al pasar por el umbral de nuestra casa, nuestro hogar, estos chicos dejan su "mochila" en la puerta por arte de magia, ese dolor que traen, esa pena, esa rabia, esos miedos...desaparecen. Es cierto que le damos todo nuestro amor, algo que en muchos casos no han recibido en su vida, que desde el minuto uno pasan a ser un miembro más de nuestra familia, de nuestro grupo de amigos, de nuestros vecinos, pero ellos necesitan muchos minutos, horas, días, semanas, meses y años para curar todas las heridas que traen en su corazón.
Muchos de nosotros, que hemos tenido una vida "normal", una familia "normal", nos preguntamos porqué es tan largo este proceso, yo he llegado a una conclusión, no sé si acertada o no; estos niños y niñas no han tenido en sus primeros años de vida lo más importante para ser una persona emocionalmente fuerte y con autoestima, les ha faltado esa persona adulta que les guíe, que les abrace, que les consuele, que les levante, que les deje caer, en definitiva, les ha faltado un adulto en el que confiar. Y ahora llegamos nosotros y queremos que en 60 segundos se borre todo, que olviden esos recuerdos que tienen grabados en la memoria de su CORAZÓN, esos recuerdos que son tan difíciles de curar y de aliviar. No existe receta mágica para curar estas heridas, puede ser que queden cicatrices tras un largo "tratamiento", pero lo único que tengo claro es que estos chicos y chicas se merecen una oportunidad, una nueva vida cargada de amor, respeto, empatía, confianza, abrazos, paciencia...ayudándoles a crear recuerdos bonitos que llenen la memoria de sus corazones.

Dedico esta entrada a todas esas personas comprometidas con la vida, a esas personas que le brillan los ojos, que no pasan desapercibidas cuando pasan por tu lado. A mis padres, que fueron todo un ejemplo para mí. Por tod@s vosotr@s.

domingo, 24 de febrero de 2019

"Eres cómo una madre para mí..."

Acoger, no es sólo compartir tu tiempo, tu hogar, tu familia, tu amor con una personita muy especial, es también CRECER, MEJORAR, SUPERAR OBSTÁCULOS, AVANZAR, y como no, EMOCIONARSE.
Para algunos, resulta difícil mostrar a los demás nuestra parte más tierna, nuestros sentimientos, nuestro dolor, e incluso, nuestra alegría. Esto le ocurre muchas veces a nuestros niños y niñas de acogida, llegan a un nuevo hogar, reciben todo el cariño del mundo, abrazos cargados de ilusión....y como familias de acogida confiamos y esperamos que todo esto curará rápidamente las heridas, que esos abrazos y muestras de cariño serán recíprocas desde el primer momento....pero todo lleva su tiempo, tenemos que dejarles que aprendan a confiar, a dejarse querer. Este mundo de emociones y sentimientos es nuevo para ellos/as, sólo tenemos que tener paciencia, seguir cada día ahí, a su lado. Hasta que una noche llegas a tu habitación y encima de tu cama te encuentras una nota: "Eres cómo una madre para mí, pero sin el cómo". En ese momento, sonríes emocionada, ves pasar ante tus ojos muchos de los momentos vividos a lo largo de estos años, esos momentos que nos han hecho crecer, avanzar, superar obstáculos...Después de leer cien veces más la nota, la doblas y guardas en la caja de "cosas bonitas  que llegan al alma", ahí arriba, encima de todas esas cosas bonitas que has ido guardando estos últimos años.
P.D. Tengo que comprar una caja nueva, nos esperan muchas más cosas lindas que guardar.

viernes, 9 de febrero de 2018

Un año después.....

Ayer fue día de celebraciones. Ya ha pasado un año desde que comencé este blog, ese día en el que decidí escribir y dar a conocer mi experiencia con el acogimiento, en contar cómo ha cambiado mi vida, y sobre todo gritar: demos una oportunidad a esos miles y miles de niños y niñas que buscan y necesitan una familia, que reclaman ese abrazo, cariño y atención, que probablemente no han tenido nunca.
Ayer también celebramos un cumple-aniversario más, ya son 5 años juntos, cómo pasa el tiempo. Encendimos nuestras 5 velas, y decidimos no apagarlas, como si quisiéramos alargar la celebración y que ese momento no terminara nunca. 
Como cada vez que cumplimos años o empieza un año nuevo, parece que es necesario hacer un balance, hacer una reflexión, plantearse nuevos retos y propósitos. Hoy, para mí, esta reflexión está cargada de un poco de dolor y tristeza. A pesar de todo lo bueno que me ha traído el acogimiento, la transformación que se ha producido en mí, en ti, en todos los que en mayor o menor medida forman parte de nuestra vida, no puedo dejar de pensar en todos esos niños y niñas que siguen esperando, que siguen manteniendo la ilusión por encontrar un hueco en alguna familia.
Sé que no podemos llegar a todo, que no podemos arreglar todas las injusticias que vemos en nuestro día a día. No somos superhéroes, ni tenemos una varita mágica para cambiar el mundo, llegamos hasta donde llegamos, lo sé, pero duele no poder hacer más, sobre todo cuando estas injusticias afectan a menores, a niños y niñas vulnerables, que no tienen herramientas para defenderse, que viven lo que les ha tocado vivir.
Mi propósito para este nuevo año es seguir dando a conocer el acogimiento, de seguir convenciendo a familias de que no necesitamos ser superhombres ni supermujeres para abrir nuestra puerta a un niño. Que se recibe muchísimo más de lo que se da, aunque suene a tópico, no lo es, y no sólo recibes tú, como he dicho anteriormente, todo tu entorno crece, aprende, mejora....
Hoy ha tocado reflexionar, parar, sentarse.....y dejar salir el dolor, de todo se alimenta el alma.

domingo, 8 de octubre de 2017

Buscamos gente valiente. Primera parte

¡Cuánto tiempo ha pasado desde la última entrada! Es lo que tiene vivir, uno se sumerge en el día a día, familia, trabajo.....tareas diarias que en ocasiones nos alejan de própositos y planes que eran prioritarios para nosotros, y que poco a poco van quedándose en el cajón de "mañana no pasa que me ponga a ello". Y eso es lo que me ha pasado con mi blog, ha ido pasando a un segundo plano, sin saber porqué, ya que es un proyecto que me apasiona, que me une muchísimo a ese gran proyecto que empecé hace ya más de cuatro años, y creo que ya ha llegado la hora de sacarlo del cajón, y de pediros disculpas a todos esos amigos y familiares que me habéis pedido que continuara contando mi historia con el acogimiento.
Hoy, mi hijo de acogida ha cumplido 15 años, este blog está dedicado a él, y esta entrada en especial, va a ser uno de mis regalos, por todos los regalos que me hace él cada día, por todo lo que he aprendido y crecido gracias a él. 
Hace unas semanas nos reunimos varias familias de acogida de Almería, miembros de Cruz Roja, entidad encargada en esta provincia del tema del acogimiento y una voluntaria de la misma para analizar y dar un empuje al acogimiento, poder llegar a más familias y qué hacer para "engancharlas" en el maravilloso mundo de la acogida. Decidí llevar a "mi gran pequeño" a este encuentro para que conociera de primera mano qué es lo que hacemos, de qué hablamos, cuáles son nuestras inquietudes, preocupaciones.... y sinceramente, fue todo un acierto.
Tras un tiempo hablando sobre qué podíamos hacer para llegar a más y más familias, cuáles podrían ser su temores, sus miedos, para no plantearse acoger a uno de los miles de ñinos que se encuentran en situación de desamparo, desprotegidos, sin el calor de una familia, decidimos escuchar a estos niños, qué pensaban ellos, cómo podían ayudarnos, y como no, me sorprendiste una vez más. Nos dijistes que tú veías a las familias de acogida, como "personas muy valientes", capaces de dar un hogar a niños que desconocen, y que para convencer a esas otras familias que todavía no han dado el paso, que incluso se lo estén planteado y sólo les hace falta un pequeño empujón, "a esas familias les pediría que pasasen un sólo dia de los que yo pasé sin familia, que vivieran un sólo día como yo vivía antes de ser acogido". Me quedé muda, disimulando mis lágrimas, creo que hasta esa noche, no descubrí y sentí verdaderamente por todo lo que habías tenido que pasar.
Creo que voy a dejar aquí esta entrada, el nudo que tengo, no me deja escribir. Sólo decir que no me considero una persona valiente, para nada. Los valientes son ellos, estos niños y niñas que, a pesar de todo, han seguido luchando para ser felices.

Feliz cumpleaños, mi pequeño príncipe y maestro.

domingo, 23 de abril de 2017

El acogimiento: una oportunidad para dar y recibir

Todos necesitamos una familia que nos arrope, que nos abrace y consuele cuando pasamos por duros momentos, que nos felicite y se enorgullezca de nuestros logros. Como ya sabéis, yo tuve y tengo la suerte de pertenecer a una gran familia, como la mayoría de vosotros, pero no todos tienen esa oportunidad, son muchos los niños y niñas que por distintas circunstancias viven alejados de sus familias biológicas, y gran parte de ellos pasan su infancia y adolescencia en centros de acogida. Allí, se les intenta dar un hogar, una nueva oportunidad, pero a pesar de todos los esfuerzos de educadores, trabajadores sociales y psicólogos, es difícil que estos niños y niñas encuentren ahí, una verdadera familia. 
Estos niños traen consigo un gran dolor y vacío, vienen cargados de rabia y desconfianza, se sienten abandonados, rechazados, no queridos, y todo ello solo puede ser curado en una familia, con su calor, con sus abrazos, con la seguridad que ésta aporta.
No voy a decir que este proceso sea fácil, al igual que con los hijos biológicos, la tarea de ser padre o madre no es nada fácil, además, no hay manual de instrucciones, ni puedes darle a borrar cuando te has equivocado en una decisión. Por supuesto que son muchísimas las veces que deseas tirar la toalla, que piensas que quizás te has equivocado, que esto del acogimiento no es para tí, pero cuando te paras un ratito y ves no sólo el cambio que se ha producido en ese pequeño que llegó un día a casa,   el cambio que se ha producido en ti y en todos aquellos que comparten grandes momentos con nosotros....entonces ves, que lo harías una y mil veces más.
También es verdad que el momento más duro es el de la despedida, ya que no podemos olvidar que somos familias de paso, estamos ahí para dar todo nuestro amor,  para recuperar el daño que el niño pueda traer, para que sienta el calor de una verdadera familia, mientras tanto, la administración se encarga de buscar una mejor solución, ya sea la adopción o la vuelta con su familia biológica. 
Pienso que quizás el tema de la despedida es lo que provoca que haya tan pocas familias dispuestas a acoger, ese miedo a la despedida, el no volver a ver a ese niño o niña al que has dado tanto y del que has recibido mucho más de lo que  imaginabas. Todavía no he pasado por ese momento, pero creo que cuando el dolor y alguna lágrima asome en mis ojos, recordaré que tu primer abrazo y tu primer te quiero fue para mí y que allá donde vayas, tu nueva familia te ayudará y te enseñará a luchar por conseguir todos tus sueños.

Te quiero.

domingo, 26 de marzo de 2017

Una noche mágica

Hoy voy a hacer un  pequeño cambio, siendo Capricornio, esto tiene su mérito. Aunque  estoy trabajando esa parte que a veces me impide salir de lo establecido, que no deja salir y fluir mi espontaneidad, todavía siento que me cuesta dejar de lado ese camino que había marcado y programado.
Así que hoy, voy a dejar de lado la entrada que tenía  prevista, ya que anoche ocurrió algo especial, un momento de esos que hace que todo merezca la pena.
Primero, quiero recomendaros un libro "El mundo amarillo: si crees en los sueños, ellos se crearán". Los "amarillos" son esas personas ESPECIALES que llegan a tu vida, que te ayudan a soñar, a creer en los sueños, a creer en ti, que te hacen sentir maravillosa, grande....y que están ahí siempre, aunque se hayan ido, ellos permanecen a tu lado. Este libro llegó a mí, como no, gracias a una de esas personitas amarillas que me rodean. Os recomiendo que os acerquéis a este libro, y que os dejéis llevar, disfrutarlo, sentirlo... Bueno, es hora de comenzar a hablar de "la noche mágica"
Creo que en todas las familias, por maravillosas y grandes que sean, tienen sus momentos débiles, esos momentos en los que el desencuentro es tan grande, que parece difícil de superar. En el acogimiento, ocurre lo mismo. Hay días brillantes y despejados, y otros días nublados, en los que no para de llover. Nosotros nos encontramos ahora mismo en plena tormenta, momentos difíciles y complicados, sé que aprenderemos y creceremos gracias a ellos, que todo volverá a la calma, sé que todo el AMOR que nos tenemos nos ayudará a salir de esto. Y anoche, diste un gran paso, me demostraste todo lo que estás haciendo para que esta familia tan bonita que hemos creado juntos siga avanzando, continúe creciendo....me diste toda una lección. 
Tras pasar una gran noche con una de nuestras familias amarillas, con la que hemos compartido y seguiremos haciéndolo momentos extraordinarios, volvíamos a casa, en silencio.....y de repente, una estrella fugaz se cruzó en nuestro camino. Chillamos a la vez, y yo te grité: "¡Hay que pedir un deseo!". Tras pensarlo me dijiste: "Me gustaría decirte mi deseo". Pero claro, salió la Capricornio: "No se puede decir, sino, no se cumple". Pero poco te importó mi respuesta, gracias a Dios, a Alá y a todos los dioses habidos y por haber. "Quiero que dejemos de discutir, no me gusta la situación que estamos viviendo, ese es mi deseo". Sin palabras, así me quedé. En ese momento pensé, sin  decírtelo todavía, mi deseo es el mismo, he deseado lo mismo que tú. Creo que voy a terminar ya mi entrada de hoy, dejo para nuestra intimidad lo que luego pasó en casa, pero es fácil de imaginar. Sé que nuestro deseo se cumplirá, ya ha empezado a cumplirse, aunque no hemos podido mantenerlo en secreto, se cumplirá.

Para todas mis personas amarillas

La próxima entrada no sé cuándo será, ni sobre qué tratará. Me dejaré llevar, como hoy, he disfrutado muchísimo, así que seguiré practicando, "dejándome fluir", como dice otra de mis "amarillas".